La mayoría de las veces, los contratos inteligentes se comparan con las máquinas expendedoras. Pero intente pensar en una máquina expendedora que no solo le quita dinero y le da un refrigerio a cambio, sino que también vuelve a pedir automáticamente los productos. Esta máquina también solicita servicios de limpieza y paga su alquiler sin ninguna acción desde el exterior. No tiene administradores y todos los procesos fueron escritos previamente en el código.
Esta es la explicación más simple de cómo funciona DAO. Una DAO (Organización Autónoma Descentralizada) puede verse como la forma más compleja de un contrato inteligente, donde los estatutos de la organización descentralizada están integrados en el código del contrato inteligente, utilizando reglas complejas de gobernanza de tokens.
Gobernancia
La gobernanza es la forma en que las reglas, normas y acciones de cómo las personas interactúan entre sí se estructuran, sostienen, regulan y rinden cuentas. Regula el proceso de toma de decisiones entre los actores involucrados en un problema colectivo que conduce a la creación, reforzamiento o reproducción de normas e instituciones sociales. El grado de formalidad depende de las normas internas de una determinada organización y, externamente, con sus socios comerciales. Como tal, la gobernanza puede adoptar muchas formas, impulsada por muchas motivaciones diferentes y con muchos resultados diferentes. La gobernanza se refiere a todos los procesos de gobierno, ya sea por un gobierno, mercado o red, familia, tribu, formal o informal, a través de leyes, normas, poder o idioma. Los DAO tienen como objetivo alterar las estructuras de gobernanza tradicionales de todo tipo y desafiar la forma en que pensamos actualmente sobre la gobernanza.
DAO es un software totalmente virtualizado. Un DAO se materializa como un contrato inteligente, una pieza de código, ejecutado sobre una pila cada vez más opaca de tecnología de consenso y redes distribuidas. Para ser completamente operativo, DAO necesita un conjunto de reglas según las cuales operará. Esas reglas están codificadas como un contrato inteligente, que es esencialmente un programa de computadora que existe de forma autónoma en Internet, pero al mismo tiempo necesita personas para realizar tareas que no puede hacer por sí mismo.
Una vez que se establecen las reglas, una DAO entra en una fase de financiación. Esta es una parte muy importante por dos razones. En primer lugar, una DAO debe tener algún tipo de propiedad interna, fichas que la organización pueda gastar o usar para recompensar ciertas actividades dentro de ella. En segundo lugar, al invertir en una DAO, los usuarios obtienen derechos de voto y, posteriormente, la capacidad de influir en la forma en que opera.
Cuando una DAO está en pleno funcionamiento, las decisiones sobre cómo se gastarán sus fondos se toman por consenso. Los interesados en la DAO pueden hacer propuestas sobre su futuro. Para evitar que la red reciba spam con propuestas, se podría requerir un depósito monetario para hacer una.
Los interesados votan la propuesta. Para realizar cualquier acción, la mayoría de las partes interesadas deben estar de acuerdo en hacerlo. El número de partes interesadas requeridas para llegar a un acuerdo se especifica en su código. Estas decisiones pueden ser:
Problemas con DAO
La participación de todos los accionistas es un problema. Al igual que en el mundo real, se ha documentado la falta de participación electoral. El estatus legal de este tipo de organización empresarial no ha sido decidido por los legisladores. Actualmente, el término para tal organización es una "sociedad general", lo que significa que cada participante es responsable de cualquier acción legal y deuda que la empresa pueda enfrentar.
Las empresas emergentes que intentan operar como DAO necesitan un marco legal que les permita realizar negocios no solo dentro del mundo cerrado de una red blockchain, sino también interactuar con el mundo físico, el mundo de los instrumentos financieros tradicionales y el de la propiedad intelectual. Para lograr este objetivo, es necesario superar dos grandes barreras.
En primer lugar, las nuevas empresas necesitan saber qué tipo de regulaciones se aplican en qué jurisdicción al vender tokens criptográficos, que de alguna forma pueden representar una participación en las ganancias futuras. La aplicabilidad potencial de la regulación de valores contemporánea es evidente. En segundo lugar, las nuevas empresas necesitan un marco contractual legal viable, que permita que las DAO se integren en nuestro marco institucional actual en torno a los tres campos mencionados anteriormente de propiedad física e intelectual, así como a las finanzas tradicionales.
Ambos problemas abiertos son difíciles porque requieren la intuición de un abogado en un campo que antes solo había sido objeto de literatura de ciencia ficción. Sin embargo, en una medida apreciable, las respuestas parciales pueden ser desarrolladas por una entidad con el personal adecuado, que tenga experiencia en resolver problemas complejos de cumplimiento que surjan en áreas como el derecho internacional privado, financiero, comercial, corporativo y tributario.
Otra dificultad que surge es la dificultad de cambiar el código de un DAO o los contratos inteligentes una vez desplegados en la cadena de bloques. Por un lado, esto es bueno porque una sola entidad no puede cambiar las reglas, pero la desventaja es que no se puede realizar la depuración. Esto es lo que sucedió con la compañía DAO, los atacantes agotaron lentamente todos los fondos simplemente explotando un error en el sistema. Los codificadores principales de Ethereum revirtieron todas las transacciones, pero la mejor manera de manejar tal evento en el futuro está en debate.
DAO existentes